Febrero tiene 28 o 29 días. Sin embargo, tres veces a lo largo de la historia, y solo en determinados países, ha habido un
30 de febrero.
Suecia (entonces
Finlandia era parte del
reino de Suecia) seguía el
calendario juliano, pero adoptaría paulatinamente el
calendario gregoriano. Para ello, a partir de
1700 omitiría un día cada año, para llegar finalmente al calendario gregoriano en
1710 (Algunas fuentes afirman que omitiría los
años bisiestos a lo largo de 40 años). Así, se quitó un día en
1700, pero no se hizo ninguna reducción más tras el inicio de la
Gran Guerra del Norte, con lo que el llamado
calendario sueco se adelantaba por un día al calendario juliano, pero aún tenía diez días de retraso con respecto al gregoriano. La confusión tocó a su fin cuando, en
1712, hubo
dos días bisiestos, con lo que ese año tuvo un 30 de febrero. Ese día corresponde al
29 de febrero del calendario juliano y al
1 de marzo del gregoriano. Al final, Suecia adoptó el calendario gregoriano en
1753.