El
ano es una abertura del
tracto digestivo de un
animal, siendo el extremo opuesto a la boca. Su función es controlar la expulsión de las heces, materia no deseada semisólida producida durante la digestión después de que todos los nutrientes se hayan extraído. Dependiendo del tipo de animal, puede ser materia que el animal no puede digerir, tales como huesos, pelos, celulosa, lignina, etc. Algunas materias ingeridas serían tóxicas si se mantienen en el tracto digestivo, lo que generaría la muerte o el exceso de bacterias intestinales que lo habitan en
endosimbiosis.