Los
aedos (del
griego ἀοιδός,
aoidós, «cantor», que a su vez proviene del verbo ἀείδω,
aeidoo, «cantar») eran, en la
Antigua Grecia, artistas que cantaban
epopeyas acompañándose de un instrumento musical, el
phorminx (u otros instrumentos de cuerda típicos). Se distinguían de los
rapsodas, más tardíos, en que componían sus propias obras, además los rapsodas no tañen la citara, sino que sostienen un bastón en la mano para marcar el ritmo del poema y no recitan cantando sino levantando la voz a intervalos. Los aedos fueron más o menos el equivalente de los
bardos celtas.