La
América británica constituye el ente político que originó la actual
América Anglosajona. Estuvo conformada por las posesiones continentales de la corona
inglesa y posteriormente del
Imperio británico en
América del Norte, durante los siglos
XVII y
XVIII. Formalmente, sus habitantes eran llamados británico-américanos o británicos de las
Indias Occidentales (británico-antillanos), caso este último en que se incluían también las posesiones inglesas de las
Antillas. Esto fue así hasta 1783, cuando
Gran Bretaña reconoció la independencia de los entonces llamados
Estados Unidos. Posteriormente, se empezó a utilizar el término
Norteamérica británica para referirse a
Canadá, que continuó siendo posesión británica (el término «Norteamérica británica» se empleó informalmente hacia 1783, pero solo se empezó a usar formalmente a partir de 1839 como consta en el llamado «Informe sobre los asuntos de la Norteamérica británica» o «Informe de Durham»).