Una
ciudad-estado es un
Estado que solamente consta de una
ciudad y un exiguo territorio circundante. Pueden ser independientes —como por ejemplo
Singapur o la
Ciudad del Vaticano actualmente—, o bien formar parte de una nación —como
Ceuta o
Berlín—. Aunque los motivos de su origen son variados, predominan las razones de tipo comercial, sobre todo en la
Edad Media, y en consecuencia, también de tipo político.