Coleo fue un
mercader y
navegante jonio de mediados del
siglo VII a. C., natural de la isla de
Samos, que, según
Heródoto de Halicarnaso, se hallaba en ruta hacia Egipto y, tras socorrer a los colonos tereos, fue arrastrado por los vientos hasta
Tartessos, mercado virgen para los griegos, obteniendo una de las mayores ganancias que se recordaban en su momento (exceptuando las de Sóstrato de Egina), evaluadas en sesenta
talentos, es decir, 150 kilogramos de plata. Con la décima parte de los beneficios, encargaron un magnífico
exvoto en honor a la diosa
Hera, patrona de Samos.