La
Concordia de Alcañiz fue un acuerdo al que llegaron el
15 de febrero de
1412 los representantes de la
Generalidad de Aragón, reunidos en
Alcañiz, y de
la de Cataluña, reunidos en
Tortosa, para establecer un procedimiento u «hoja de ruta» destinado a elegir al sucesor de
Martín I de Aragón a su muerte sin heredero. En su artículado, muy pragmático, los diputados del
reino y embajadores del
principado decidían que fueran nueve comisarios en representación de toda la
Corona de Aragón quienes tendrían un plazo de dos a tres meses para elegir rey entre los distintos candidatos en la villa aragonesa de Caspe, proceso final que sería conocido como
Compromiso de Caspe.