La convención de Londres fue un acuerdo diplomático firmado por la reina de
España,
Isabel II; el emperador de
Francia,
Napoleón III; y
Victoria, reina del
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, el 31 de octubre de 1861 como respuesta a la
ley de suspensión de pagos promulgada por el presidente de México,
Benito Juárez, el 17 de julio de ese mismo año, cuyo primer artículo decía: “Desde la fecha de ésta ley, el Gobierno de la Unión percibirá todo el producto líquido de las rentas federales, deduciéndose tan sólo los gastos de recaudación de las oficinas recaudadoras, y quedando suspensos por el término de dos años todos los pagos, incluso el de las asignaciones destinadas para la deuda contraída en Londres y para las Convenciones extranjeras.”