El
cristianismo proto-ortodoxo es un término, acuñado por el estudioso del Nuevo Testamento
Bart D. Ehrman, utilizado para describir el movimiento cristiano temprano que fue el precursor de la
ortodoxia cristiana. Ehrman sostiene que este grupo, que llegó a ser prominente a finales del siglo III, «sofocó a sus opositores, proclamó que sus puntos de vista habían sido siempre la posición mayoritaria y que sus rivales fueron, y siempre habían sido, ‹herejes› que voluntariamente ‹escogieron› rechazar la ‹fe verdadera›». Críticos como Larry W. Hurtado defienden la opinión tradicional de que el cristianismo proto-ortodoxo surgió directamente de los
seguidores inmediatos de Jesús.