El detective o investigador privado es un profesional que trabaja para particulares, empresas, despachos de abogados, mutuas o aseguradoras, realizando investigaciones de hechos y conductas privadas, con el fin de obtener pruebas para su cliente, que se reflejarán en un informe, y, si fuera necesario, ratificar dicho informe ante el tribunal competente. En la mayoría de los países, la profesión del detective privado es una profesión regulada por ley; sin embargo, esta legislación o regulación no es homogénea y varía de un país a otro (existiendo notables diferencias). Cabría destacar que los requisitos para realizar funciones de investigación privada también son heterogéneos, pudiendo encontrarse países como España, que exige un diploma universitario de tres años (180 créditos) para la obtención de la correspondiente habilitación y el desempeño de las funciones propias del detective privado, y otros países que no exigen ningún estudio o habilitación especial.