La
disputa limítrofe de Alaska fue una disputa territorial entre los
Estados Unidos y
Canadá (en ese entonces un Dominio Británico cuyas relaciones exteriores eran controladas desde
Londres) sobre la ubicación de frontera entre el estado de
Alaska y la provincia de
Columbia Británica. Fue resulta mediante arbitración en 1903. La disputa comenzó en 1821 entre los
imperios ruso y
británicos, y fue heredada por los Estados Unidos con la
compra de Alaska en 1867. La resolución fue en favor de la posición estadounidense, y Canadá no recibió una salida al mar completamente canadiense desde los campos de oro de Yukón. La decepción y el disgusto por esta resolución en Canadá fue dirigida menos hacia Estados Unidos y más hacia el Reino Unido, por traicionar los intereses canadieneses en favor de una mejora a las relaciones anglo-estadounidenses.