El
ducado de Alba de Tormes, comúnmente denominado
ducado de Alba a secas, es un
título nobiliario hereditario que el
rey Enrique IV de Castilla otorgó, en
1472, a
García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, II
conde de Alba de Tormes, al convertir su
condado de
Alba de Tormes en un
ducado, que hoy en día, y desde hace más de quinientos años, es uno de los principales y más tradicionales títulos del
Reino de España y el que le da nombre a la
casa de Alba, como propietaria del mismo, constituyendo el linaje familiar más importante de
España en solera, abolengo y relevancia histórica.