La
energía de activación o de reacción es un término que introdujo
Arrhenius en 1889 y se define matemáticamente como: es decir, la derivada del
logaritmo natural de la constante de reacción respecto a la temperatura, multiplicada por la constante de los gases y por el cuadrado de la temperatura. La energía de activación puede tener un valor positivo o negativo.