Ezequiel fue un sacerdote y profeta
hebreo, ejerciendo su ministerio entre 595 y 570
a.C., durante
el cautiverio judío en Babilonia. El nombre
Ezequiel (del
hebreo יְחֶזְקֵאל,
Ijezkél) significa "Dios es mi fortaleza". Sus profecías se encuentran en el
Libro de Ezequiel, siendo su mensaje de reverencia para con la santidad de Dios e incluyó reflexiones sobre la futura reconstrucción del
Templo de Jerusalén, enfatizando asimismo la responsabilidad moral de cada individuo.