En
botánica, el
fruto es el órgano procedente de la
flor, o de partes de ella, que contiene a las
semillas hasta que estas maduran y luego contribuye a diseminarlas. Desde un punto de vista
ontogénico, el fruto es el
ovario desarrollado y maduro de las
plantas con flor. La pared del ovario se engrosa al transformarse en la pared del fruto y se denomina
pericarpio, cuya función es proteger a las semillas. Con frecuencia participan también en la formación del fruto otras partes de la
flor además del ovario, como por ejemplo el
cáliz o el
receptáculo.