El
dogma de la
Inmaculada Concepción, también conocido como
Purísima Concepción, es una creencia del
catolicismo que sostiene que
María, madre de
Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el
pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo
pecado.