Los
interferones son unas
proteínas producidas naturalmente por el
sistema inmunitario de la mayoría de los animales como respuesta a agentes patógenos, tales como
virus y
células cancerígenas. Los interferones son
glicoproteínas de la clase de las
citocinas. Reciben su nombre debido a su capacidad para interferir en la replicación de los virus en las células hospedadoras. Se unen a receptores en la superficie de las células infectadas, activando diferentes
vías de señalización en las que participan diversas
proteínas antivirales (como la
PKR), para impedir la replicación de una amplia variedad de virus de ARN y ADN. Cumplen, además, otras funciones: activan
células inmunes, como los
macrófagos y las
células NK; incrementan el reconocimiento de células cancerígenas o infecciones al dinamizar la
presentación de antígenos a los
linfocitos T y, finalmente, incrementan la capacidad de las células sanas para resistir a nuevas infecciones víricas. Ciertos síntomas como el
dolor muscular y la
fiebre están relacionados con la producción de interferones durante la infección.