Una
marca era un territorio
fronterizo de un
imperio o
reino relativamente extenso. Estaban gobernadas directamente por un
señor feudal que ejercía en ella poderes civiles y militares y cuya dependencia o independencia del poder central dependía de la mayor o menor capacidad de éste para mantener su autoridad y el control efectivo sobre la totalidad de su territorio, cuestión especialmente delicada, dada la tendencia del feudalismo a la disgregación del
poder.