En la
antigua Roma la
milla romana equivalía a la distancia recorrida con mil
pasos (en latín:
mille passus, plural:
milia passuum). Para los romanos, un paso equivalía a dos pasos de los actuales, puesto que consideraban la zancada como ciclo completo: distancia recorrida por uno de los pies después de apoyarse en el pie contrario. A su vez un passus equivalía a 5
pies romanos.