El
monte Moriá o
Moriah (En
hebreo: מוֹרִיָּה - ‘ordenado/considerado por El Señor’) es el monte al que el
Génesis narra cómo subió
Abram con su primogénito
Isaac para sacrificarlo a
Dios. Abraham (‘padre de las naciones’, nombre que dio Dios después a Abram) cargó con la leña hasta arriba. En el último instante, un
ángel del Señor detuvo su brazo armado con un cuchillo, y le indicó la existencia de un carnero, enredado con sus cuernos en un zarzal, que fue sacrificado en lugar de Isaac.