En la antigüedad clásica, Océano (en griego antiguo Ώκεανός Ōkeanós u Ωγενος Ōgenos, literalmente ‘océano’; en latínOceanus u Ogenus) se refería al Océano Mundial, que los griegos y romanos pensaban que era un enorme río que circundaba el mundo. Más precisamente, era la corriente de agua marina del ecuador en la que flotaba el ecúmene (οἰκουμένη oikoumene).