Olea europaea,
olivera,
olivo o
aceituno, es un
árbol perennifolio, longevo, que puede alcanzar hasta 15 m de altura, con copa ancha y tronco grueso, retorcido y a menudo muy corto. Corteza finamente fisurada, de color gris o plateado.
Hojas opuestas, de 2 a 8 cm de largo, lanceoladas con el
ápice ligeramente puntiagudo, enteras, coriáceas, glabras y verdes grises oscuras por la haz, más pálidas y densamente escamosas por el
envés, más o menos
sésiles o con un
peciolo muy corto. Las flores son hermafroditas, en
panículas axilares multifloras, con
corola blanca. El fruto, la
aceituna, es una
drupa suculenta y muy oleosa de 1 a 3,5 cm de largo, ovoide o algo globosa, verde al principio, que precisa de aproximadamente medio año, en variedades dedicadas a la producción de aceite, para adquirir un color negro-morado en su plena madurez. Su periodo de floración sucede entre mayo y julio en el hemisferio norte, y entre noviembre y enero en el hemisferio sur, mientras que su periodo de fructificación se lleva a cabo entre septiembre y diciembre en el hemisferio norte, y entre marzo y junio en el hemisferio sur. De este fruto se obtiene un
aceite muy apreciado en gastronomía, véase
aceite de oliva.