La
organización territorial de Inglaterra es un sistema complejo de administración que siempre se desarrolla. Históricamente, la tapa de la jerarquía administrativa en
Inglaterra era los
condados. Estas divisiones habían emergido de un espectro grande de viejas unidades territoriales inglesas. Antes de la unificación, eran algunos reinos, como
Essex y
Sussex;
Ducados, como
Yorkshire,
Cornualles y
Lancashire o, simplemente, áreas de tierra donadas a algún
noble, como es el caso de
Berkshire.