El
pecado original, también llamado
pecado ancestral, es la doctrina
cristiana de la mancha de la humanidad por el
pecado como consecuencia de la caída del hombre, originada por la rebeldía de
Adán en el
Jardín del Edén. Esta condición se ha caracterizado de muchos modos, desde algo tan insignificante como una leve deficiencia o la tendencia hacia el pecado aunque sin la culpa colectiva, referida como una "naturaleza pecadora", a algo tan drástico como la depravación total o la culpa automática de todos los humanos a través de la culpa colectiva.