La
pintura clasicista es una de las tendencias o corrientes pictóricas que se desarrolló en el
siglo XVII y representaba una alternativa a la
pintura barroca. Como reacción al
manierismo de finales del
siglo XVI, surgieron en Italia dos tendencias: el
caravaggismo y el
clasicismo. Ambas se enmarcan cronológicamente dentro de la pintura barroca, pero sus características son distintas a las del barroco pleno, como señaló el
historiador suizo Heinrich Wölfflin:
- Predominó el dibujo sobre el color;
- El espacio se construye mediante planos sucesivos, sin las bruscas diagonales barrocas;
- Las obras son cerradas, no abiertas, con las figuras colocadas en el centro de la composición;
- Las formas se distinguen nítidamente y son independendientes, a diferencia de la "subordinación al todo" barroca;
- No hay aquí violentos contrastes ni actitudes exageradas.