El
29 de noviembre de
1947 la
Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en
Nueva York, aprobó la
Resolución 181, la cual recomendaba un plan para resolver el conflicto entre judíos y árabes en la
región de Palestina, que se encontraba en esos momentos bajo
administración británica. El plan de la ONU proponía dividir la parte occidental del Mandato en dos Estados, uno judío y otro árabe, con un área, que incluía
Jerusalén y
Belén, bajo control internacional. El rechazo del gobierno británico a llevar a cabo este plan, junto con la negativa de los países árabes de la región a aceptarlo, tuvo como consecuencia una
guerra civil en el territorio del Mandato de Palestina que estalló al día siguiente de la votación del Plan, seguida de la
guerra árabe-israelí de 1948 y los sucesivos enfrentamientos entre árabes y judíos que se mantienen hasta la actualidad.