El
gregoriano, como en general toda la música profana medieval anterior al
siglo XI, había sido esencialmente
monódico, o sea en cualquier composición no existía más que una línea melódica única, y las
voces humanas e instrumentales la interpretaban al
unísono. Hacia el final del
siglo IX, esta
monodia empezó a dividirse en dos voces distintas. Esta subdivisión, aún muy tímida y sencilla, fue el inicio del importante movimiento musical europeo conocido con el nombre de
polifonía, es decir,
música compuesta por sonidos diversos emitidos simultáneamente por voces diferentes.