El
prefecto de la ciudad (en
latín,
praefectus urbi) era una dignidad
romana definida así en la ley de las
Siete Partidas:
Era pues el pretor o gobernador de Roma que obtenía el segundo lugar después de los
cónsules y el príncipe. Corrían a su cargo la intendencia de los
abastos públicos, la policía de la ciudad, la conservación de los edificios y el aumento de la Marina.