En la industria musical, un
productor discográfico realiza distintos papeles, como controlar las sesiones de grabación, instruir y guiar a intérpretes musicales en el proceso de grabación, reunir las ideas del proyecto, dirigir la creatividad, supervisar la
grabación, la
mezcla, y realizar proceso de
masterización. Estas han sido algunas de las principales funciones de los productores desde la creación de la grabación de sonido, pero en la segunda mitad del
siglo XX los productores han tomado un mayor papel
empresarial.