En
baloncesto, el
sexto hombre es un jugador que no es un titular continuado, pero sale desde el banco mucho más a menudo que los otros suplentes. El sexto hombre muchas veces juega igual o mayor tiempo que alguno de los titulares, y consigue similares estadísticas. Suele ser un jugador capaz de jugar en varias posiciones, de ahí que puedan ser sustituidos más a menudo. Por ejemplo,
Kevin McHale, un famoso sexto hombre que jugó para los
Boston Celtics en la década de los 80s, podía jugar como
pívot o
ala-pívot. La presencia de un buen sexto hombre suele ser un signo de fortaleza. Suele significar que un equipo tiene una buena profundidad de banquillo, y que el sexto hombre está capacitado para jugar de inicio en la mayoría de los equipos.