La
solución final, también conocida en la terminología nazi como «solución final de la cuestión judía» (en
alemán,
Endlösung der Judenfrage), es el nombre del plan de los
nazis para llevar a cabo el
genocidio sistemático de la
población judía europea durante la
Segunda Guerra Mundial. Solo después de la guerra se empezó a conocer a la «solución final» como el
Holocausto o
Shoah, es decir, al proceso que involucró la
deportación sistemática y exterminio de toda persona clasificada como judía por los nazis independientemente de la religión que profesara. La expresión «solución final» fue empleada por
Adolf Eichmann, funcionario nazi a cargo de la primera instancia del asesinato en masa, a la que él denominó «reinstalación».