Las
Tierras Altas de Islandia se extienden por la mayor parte del interior de
Islandia. Se encuentran por encima de los 400–500 metros y están principalmente en un desierto volcánico poco habitado, debido a que el agua que se precipita como lluvia o nieve que se infiltra tan rápidamente en el terreno que no permite que crezcan las plantas, que da como resultado en gran medida una superficie de tierra gris, blanca y negra,
lava y cenizas
volcánicas. Unas pozas zonas parecidas a
oasis, como
Herðubreiðarlindir cerca de
Askja, se encuentran sólo en la proximidad de los ríos.