Un
antibiótico, considerando la etimología (del
griego αντί -
anti, "en contra" +
βιοτικός -
biotikos, "dado a la vida") es una
sustancia química producida por un
ser vivo o derivado sintético, que mata o impide el crecimiento de ciertas clases de
microorganismos sensibles, generalmente son fármacos usados en el tratamiento de
infecciones por
bacterias, de ahí que se les conozca como antibacterianos. Los antibióticos se utilizan en
medicina humana,
animal y
horticultura para tratar
infecciones provocadas por
gérmenes. Normalmente los antibióticos presentan toxicidad selectiva, siendo muy superior para los organismos invasores que para los animales o los seres humanos que los
hospedan, aunque ocasionalmente puede producirse una
reacción adversa medicamentosa, como afectar a la
flora bacteriana normal del organismo. Los antibióticos generalmente ayudan a las defensas de un individuo hasta que las respuestas locales sean suficientes para controlar la
infección. Un antibiótico es
bacteriostático si impide el crecimiento de los gérmenes, y
bactericida si los destruye, pudiendo generar también ambos efectos, según los casos.