La
batalla de Okinawa, cuyo nombre clave era
Operación Iceberg, se libró en la isla de
Okinawa, en las
Ryukyu y fue el mayor
asalto anfibio en la
Guerra del Pacífico. Se combatió durante 82 días, desde principios de abril hasta mediados de junio de 1945. La batalla se ha denominado
Tifón de Acero (en inglés:
Typhoon of Steel), y lluvia de acero (
Tetsu no ame) o viento violento de acero (
Tetsu no Bofu) en japonés. Estas denominaciones se refieren a la ferocidad de los combates, la intensidad de los disparos, y la enorme cantidad de buques
aliados y vehículos blindados que asaltaron la isla. La batalla resultó ser una de las que tuvo más víctimas, civiles y militares, en toda la
Segunda Guerra Mundial: la totalidad de los fallecidos supera el cuarto de millón. Cinco divisiones del de los Estados Unidos, la 7.ª, 27.ª, 77.ª, 81.ª y 96.ª, y dos divisiones de Marines, la
1.ª y
6.ª, combatieron en la isla, mientras que la
2.ª División de Marines se mantuvo en reserva y no se planteó que desembarcara. La invasión fue respaldada por fuerzas aéreas navales, anfibias y tácticas. El objetivo principal de la operación era apoderarse de la gran
isla de Okinawa a sólo 550
km de distancia del Japón. Después de una larga campaña de saltar entre islas (los estadounidenses la denominaban ), los Aliados se acercaron a Japón, y planearon usar Okinawa como base para las operaciones aéreas bajo el plan de invadir territorio japonés, cuyo nombre en clave era
Operación Downfall. Finalmente los
bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki y la
entrada soviética en la guerra provocarían la
rendición de Japón tan sólo unas semanas después del fin de los combates en Okinawa.