Los
canales iónicos son
proteínas transmembrana que contienen poros acuosos que cuando se abren permiten el paso selectivo de
iones específicos a través de las
membranas celulares. Así, los canales iónicos son
proteínas que controlan el paso de iones, y por tanto el
gradiente electroquímico, a través de la membrana de toda célula viva. Estos canales actúan como compuertas que se abren o se cierran en función de los estímulos externos, aunque algunas sustancias tóxicas pueden desactivar su función natural. En los mamíferos, los canales iónicos determinan importantes procesos como: la excitación del nervio y del músculo, la secreción de
hormonas y
neurotransmisores, la transducción sensorial, el control del equilibrio hídrico y electrolítico, la regulación de la
presión sanguínea, la proliferación celular y los procesos de aprendizaje y memoria.