En
Suiza, los
cantones constituyen el ente político y administrativo sobre el que se construye el
estado nacional: de hecho, la llamada
Confederación Helvética, de carácter fuertemente federal no adoptó su condición actual hasta 1848, fecha hasta la cual cada uno de los cantones entonces existentes (desde entonces ha habido modificaciones menores en su número y configuración) poseía sus propias fronteras, ejército y moneda y, a pesar de formar parte, en el plano teórico, del
Sacro Imperio Romano Germánico, gozaban en la práctica de una independencia virtualmente ilimitada desde la victoria suiza sobre el Emperador
Maximiliano I en
1499. La estructura y características de los cantones suizos son muy variadas, con extensiones entre 37 y 7.105 kilómetros cuadrados, y poblaciones entre los aproximadamente catorce mil habitantes del menos poblado a los más de un millón doscientos mil habitantes de
Zúrich.