La
cosa juzgada (del
latín «
res iudicata») es el efecto impeditivo que, en un proceso judicial, ocasiona la preexistencia de una
sentencia judicial firme dictada sobre el mismo objeto. Es firme una sentencia judicial cuando en derecho no caben contra ella
medios de impugnación que permitan modificarla. Este efecto impeditivo se traduce en el respeto y subordinación a lo decidido sobre lo mismo, en un
juicio anterior. Por ello también se le define como la fuerza que atribuye el
derecho a los resultados del
proceso. Habitualmente se utiliza como un medio de defensa frente a una nueva
demanda planteada sobre idéntico objeto que lo fue de otra controversia ya sentenciada, y que le cierra el paso.