La
crisis de Crimea de 2014 es una crisis diplomática internacional que sobrevino en
Ucrania tras el fin del gobierno de
Víktor Yanukóvich producto de las protestas del
Euromaidán. Estas protestas, realizadas principalmente en la zona noroccidental del país para apoyar el acercamiento de Ucrania hacia la
Unión Europea, fueron rechazadas por comunidades
rusófilas de la zona suroriental del país, compuestas en su mayoría por
rusos étnicos y
ucranianos rusófonos.