La
eboraria es el arte específico de tallar el
marfil que junto con los
esmaltes y el trabajo de
orfebrería en
plata,
oro y
bronce, tuvieron un gran desarrollo en la época
románica, especialmente en las zonas de influencia carolingia, mostraban sobre todo el poder de los que encargaban las obras, principalmente en grandes monasterios o por encargos de poderosos personajes, como decía
Benedit en su viaje de san
Brandán:
Los trabajos en marfil, metal, en bronce, oro o plata,
cruces,
relicarios,
candelabros, la orfebrería junto con el trabajo del esmalte, alcanzó una gran perfección en objetos litúrgicos como
cálices y
ostensorios, cubiertas de libros o placas para frontales de altar, con las técnicas del cincelado y la filigrana, y que luego se distribuían principalmente en rutas de peregrinaje. Los
olifantes eran instrumentos de viento tallados con delicadas miniaturas, en un colmillo de elefante, que utilizaban los caballeros durante la
Edad Media haciéndolos sonar como señal de aviso.