El término
economía política fue introducido por primera vez por
Antoine de Montchrestien en
1615, y se utilizó para el estudio de las
relaciones de producción, especialmente entre las tres
clases principales de la sociedad
capitalista o
burguesa: capitalistas,
proletarios y
terratenientes. En contraposición con las teorías de la
fisiocracia, en las cuales la tierra era vista como el origen de toda riqueza, la economía política propuso (primero con
Adam Smith) la
teoría del valor-trabajo, según la cual el
trabajo es la fuente real del valor. Al final del
siglo XIX, el término
economía política fue paulatinamente abandonado por el término
economía, usado por quienes buscaban abandonar la visión clasista de la sociedad, reemplazándola por el enfoque matemático, axiomático y no valorativo de los estudios económicos actuales y que concebía el valor originado en la utilidad que el bien generaba en el individuo.