El
ejército aqueménida de los
reyes persas, desde
Ciro II el Grande a
Darío III, durante casi sus dos siglos y medio de existencia (
560-
330 a. C.), estuvo integrado por contingentes de estados vasallos y de
mercenarios, principalmente,
griegos. Contó con diversas
unidades,
armas e
indumentaria.
Darío I, mandó
expediciones militares contras
tracios y
escitas e invadió Grecia (
Primera Guerra Médica) en la primera década del
siglo V a. C. Su hijo
Jerjes I siguió sus pasos unos diez años después, cruzando el estrecho del
Helesponto con unos numerosísimos
ejército y
flota, dando lugar a la
Segunda Guerra Médica. Los reyes posteriores alternaron, entre apoyar militar o financieramente a
Atenas o a
Esparta, enfrentadas entre sí, y sus respectivas ligas (
Confederación de Delos y
Liga del Peloponeso, según sus intereses, durante la
Guerra del Peloponeso), en el
siglo V a. C. En el
siglo IV a. C., la preponderancia militar de las principales
polis griegas como
Tebas, (
cf. hegemonía tebana) y el aumento del poderío militar del
Reino de Macedonia con su
rey Filipo II, y su hijo
Alejandro Magno, marcaron el declive como potencia militar del
Imperio aqueménida, en primer lugar, y su aniquilación y asimilación en el
ejército macedonio, a medida que Alejandro conquistaba dicho Imperio, ulteriormente.