Las
encefalopatías espongiformes transmisibles (
EST), también conocidas como
enfermedades priónicas, son un grupo de
encefalopatías que avanzan progresivamente y que afectan al
cerebro y al
sistema nervioso de muchos
animales, incluyendo a los
humanos. De acuerdo con la teoría más aceptada, son transmitidos por
priones, aunque existe evidencia que sugiere que las bacterias
spiroplasma están involucradas. Las capacidades físicas y mentales se deterioran y se forma una miríada de pequeños agujeros que se observan en la
corteza cerebral cuando el cerebro es extraído de la autopsia y examinado bajo el
microscopio, lo que causa su apariencia como esponja (de ahí el término de espongiforme). Estos desórdenes provocan deficiencias en el funcionamiento del
cerebro, incluyendo cambios en la
memoria, cambios de personalidad y problemas motrices que empeoran con el tiempo. Las enfermedades priónicas en humanos incluyen la clásica
enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, la nueva variante de la misma (nvCJD, la cual está relacionada con la
encefalopatía espongiforme bovina), el
Síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker, el
Insomnio familiar fatal, la
enfermedad de kuru y la recientemente descubierta prionopatía proteasa-sensible variable. Estas enfermedades forman un espectro de enfermedades con signos y síntomas superpuestos.