Una
erupción hawaiana consiste en la emisión de material
volcánico, mayoritariamente
basáltico, de manera efusiva o no explosiva. Ocurre de este modo debido a que la difusión de los gases a través de
magmas más básicos (basálticos) puede hacerse de manera lenta pero más o menos continuada. Esto facilita la liberación de presión progresivamente desde la
cámara magmática. Consecuentemente, las erupciones volcánicas de este tipo no suelen ser muy destructivas. Suelen generar
coladas de lava, y puede ser puntual o fisural.