Los
fósiles (del latín
fossilis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la actividad de organismos pretéritos. Dichos restos, conservados en las
rocas sedimentarias, pueden haber sufrido transformaciones en su composición (por
diagénesis) o deformaciones (por
metamorfismo dinámico) más o menos intensas. La ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la
paleontología. Dentro de la paleontología están la
paleobiología, que estudia los organismos del pasado —entidades paleobiológicas, que conocemos solo por sus restos fósiles—, la
biocronología, que estudia cuándo vivieron dichos organismos y la
tafonomía, que se ocupa de los procesos de fosilización.