Los
músculos esqueléticos son un tipo de
músculos estriados unidos al
esqueleto, formados por células o
fibras alargadas y multinucleadas que sitúan sus núcleos en la periferia. Obedecen a la organización de proteínas de
actina y
miosina y que le confieren esa estriación que se ve perfectamente al microscopio. Son usados para facilitar el movimiento y mantener la unión hueso-articulación a través de su
contracción. Son, generalmente, de contracción voluntaria (a través de inervación
nerviosa), aunque pueden contraerse involuntariamente. El cuerpo humano está formado aproximadamente de un 90% de este tipo de músculo y un 10% de
músculo cardíaco y
visceral.