El
mandeísmo (del arameo מַנְדַּע, /manda/, ‘[nosotros] sabemos’) fue una
secta gnóstica que se desarrolló en los siglos
I y
II d. C. en las orillas del
río Jordán. Después esta religión admitió otros elementos por
sincretismo y en la actualidad, todavía quedan algunos creyentes en ciertas zonas de
Irak, entre 5000 y 7000, e
Irán, ya que las persecuciones por parte del integrismo islámico (sobre todo en Irak) han provocado una gran emigración y dispersión. Estaba dirigida por la casta sacerdotal de los
nasoreanos (nombre por el que también eran conocidos). Esta casta sacerdotal se divide en dos tipos, los iniciados al más alto nivel denominados
ganzibra (tesoreros) y otros con menor rango de iniciación, llamados
tarmidia (discípulo) y utilizan como lengua litúrgica un
dialecto arameo oriental hoy ya sólo entendido por sacerdotes. El
alfabeto mandeo guarda el más estrecho paralelismo con las inscripciones elymaicas de Tang-i-Sarwäk en
Juzestán (siglo II).