La
maza al principio era una simple vara o garrote con un extremo más corto en el que se engastaba la
roca que constituía la parte pesada y contundente. Con el paso de los siglos evolucionó a las típicas armas totalmente metálicas, cuya cabeza de armas disponía de trinchadoras "cuchillas" o "aletas", repartidas geométricamente, a la que se denominó
maza de armas por su finalidad militar. Esta cabeza de armas solía estar hecha de materiales más pesados o baratos, como el
bronce,
plomo o
hierro, reforzándose luego con cuchillas
aceradas y dando al conjunto formas hexagonales, octogonales, etc.