En
ciencias sociales, el término
patriarcado se ha usado en
antropología,
sociología y en
estudios feministas para describir una situación de distribución desigual del poder entre hombres y mujeres en la cual los varones tendrían preeminencia en uno o varios aspectos, tales como la determinación de las líneas de descendencia (
filiación exclusivamente por descendencia patrilineal y portación del apellido paterno), los derechos de
primogenitura, la autonomía personal en las relaciones sociales, la participación en el espacio público ―político o religioso― o la atribución de estatus a las distintas ocupaciones de hombres y mujeres determinadas por la
división sexual del trabajo.