Muchos países cuentan con una
política lingüística concebida para promover o contener el uso de un
idioma concreto o de un conjunto de los mismos. Para su elaboración requiere dos sujetos, el primero deben de ser los hablantes naturales, el segundo los gobiernos que realizan los proyectos de una nación. Aunque en distintas naciones la historia evidencia la aplicación de políticas lingüísticas encaminadas a fomentar un
idioma oficial a expensas de otros, en la actualidad muchos países mantienen políticas encaminadas a la protección y promoción de idiomas regionales y lenguas de distintos grupos étnicos, por entender que la supervivencia de dichos idiomas se encontraría amenazada.