Fue Marcel Mauss (1925) el primero que estudió en profundidad el proceso que encierra el regalo, identificándolo con el intercambio de obligaciones mutuas como elemento social inherente a la naturaleza humana y fundamentado en el esquema dar, recibir y devolver. En esta misma línea pero desde el punto de vista del marketing, autores como Belk (1979) afirman que el principal valor del regalo es simbólico, desplazando el valor económico y funcional a un segundo plano. Tanto es así que desde tiempos inmemorables el regalo ha cumplido una función comunicativa dentro del grupo humano, con fines tan heterogéneos como numerosos.